Capítulo 2: Lights out

Camino a casa, la gente se tapaba la nariz haciendo muecas de disgusto al pasar cerca mío. Apestaba, realmente todo apestaba. Giré la llave dentro de la cerradura y al pasar el umbral de la puerta de entrada distinguí a mi madre durmiendo, desparramada ebriamente sobre el sillón. El cuadro era bastante tradicional: botellas de cerveza alrededor, cigarrillos por montón, cenizas como polvo esparcidas por todos lados menos en el cenicero, y la clásica botella casi vacía en la mano izquierda mientras que un cigarro consumido se aferraba entre el índice y mayor en la derecha. Ya no me afectaba, era inútil remediarlo. Subí las escaleras y me dirigí al baño para tomar una ducha.
Al salir del baño escuché el sonido de la televisión cambiando de canal e intuí que mi madre ya había despertado. Sinceramente llegué a odiar esa la televisión, nunca puedo verla tranquila ya que está en el cuarto de mi madre. Es imposible quedarse más de cinco minutos en ese lugar, el olor a alcohol y a cigarrillo es sofocante.
- María, vení y hacé la cena. Rápido tengo hambre – gritó mi madre desde el primer piso.
- Ya voy mamá

Bajé y me puse a cocinar. La televisión me aturdía, estaba muy alto el volumen.
- Mamá – Grite por encima del volumen del televisor - ¿Podes bajar el maldito volumen por el amor de Dios?
- Cállate chiquita y cociná.

Era absurdo. Si quería algo e insistía mucho, podía terminar mal. Siempre, a la hora de la cena me llevo la comida a mi habitación mientras que mi madre come frente al televisor. A las diez ella si iba a trabajar y no volvía hasta las siete a.m.
Al siguiente día, entré al colegio temprano y mientras caminaba hacia mi aula, Billie pasó delante de mí y me sonrió dejándome atontada.
- Mierda, ¿Por qué no puedes decir algo inteligente en vez de quedarte mirando como una idiota? – resoplé para mis adentros

Llegué al aula y descubrí que habían cambiado los bancos de lugar. Ya no nos sentábamos individualmente, los habían agrupado de a dos.
- Por favor, que no me toque con Jaron ni con Jason – Rece en voz baja.
El profesor llegó al aula y comenzó a tomar lista. A medida que nos nombraba nos iba ubicando en los lugares.
- Hugly – llamó el profesor – te vas a sentar con Cook en el cuarto banco de allí – Y señalo el lugar

Cook, una chica morocha de ojos marrones con cara simpática, tomó sus pertenencias rápidamente y se dirigió a su lugar. Hice lo mismo y me senté a su lado.
- Hola – me saludo con una sonrisa – Me llamo Kristen ¿Y tu?
- Mary – Respondí
- Que lindo nombre
- Gracias
- Y… ¿Te gusta la música?
- Si, me encanta. Me gusta escuchar, eh, Guns and Roses.
- ¡A mi también! Los amo, son geniales.

Conversamos toda la clase mientras el profesor daba la clase. Teníamos mucho en común lo que facilitó llevarnos bien. Al finalizar la clase, esperé sentada hasta que Kristen terminó de juntar sus cosas
- Eh, Mary?
- Si?
- Quería preguntarte algo…
- Si, decime – Calló un instante – vamos, dispara – respondí y le guiñé un ojo.
- ¿Vas a hacer algo hoy a la noche?
- Supongo que si. Billie, un chico de tercero, me invitó al concierto de esta noche.
- ¿Billie? ¿Billie Joe?
- Eh, si eso creo.
- ¡Es mi primo!
- ¿Estas bromeando?
- No no, el habló con mis padres para que me manden a este colegio. Así que, ¿Te invito? – Cuestionó alzando ambas cejas
- Digamos que si.
- ¿Quieres que vayamos juntas?
- Si, mejor.
- ¿Por qué no vienes a las 7 y nos alistamos juntas?
- Dale, genial.

Saqué mi agenda para anotar su dirección y me despedí.
Cuando llegue a casa no había nadie. Extraño pensé. Subí a mi habitación, me cambie e hice tiempo hasta que salí para la casa de Kristen.
A las 7 estaba en la puerta de su casa. Toque el timbre y espere un rato. Era una casa grande de dos pisos con un garaje al costado y un enorme patio delantero. Estaba pintada de color crema con detalles en blanco.
- Hola. Supongo que tú eres Maria ¿no? – Una señora cuarentona se asomó por la puerta entreabierta. Asumí que era su madre. – Ven, pasa.
Su cara reflejaba paz y amabilidad, tanta que me hacía desear que mi madre fuera así. Entré a la casa y me condujo por un estrecho pasillo que desembocaba en un pequeño living. A la derecha se encontraba la sala de estar, donde estaba el televisor y los sillones. A la izquierda estaba la cocina y enfrente estaban las escaleras.
- Kris esta es su cuarto – dijo cordialmente – Subes estas escaleras y es la primera habitación de la izquierda.
- Gracias – conteste con una sonrisa
Subí las escaleras hacia su habitación. Cuando entre Kristen estaba sentada en la computadora. La habitación era toda blanca con una pequeña franja horizontal negra que dividía a la pared en dos partes. Había posters de Guns and Roses colgados por todas partes sobre las paredes. El escritorio se encontraba frente a la puerta y a mi izquierda había un enorme armario de roble. A un lado del escritorio, había una cama individual cerca de la ventana y a del otro lado, a la derecha, un televisor enfrentado a un sillón negro seguido por una puerta que conducía al baño.
-¡Mary! Ahí te separe unas remeras y algunos pantalones para que elijas y te pruebes. Puedes elegirte lo que quieras, yo ya separe mi ropa.

Observé atentamente la ropa que estaba arriba de la cama, aún indecisa. Era imposible decidirse, todo me gustaba. Al final me decidí quedarme con mis jeans, una remera blanca con escote en V, una campera negra y zapatillas negras. Me cambié rápidamente en el baño al baño y salí.
- Te ves genial. Ven, solo falta maquillarnos – Kristen me delineo los ojos de negro y me puso un poco de sombra gris. A las 8 ya estábamos listas.
Llegamos al teatro puntual; Billie estaba en la entrada recibiendo a los invitados.
- Gracias por venir. Disfruten el show – Repetía a todos los que pasaban
-Viniste – dijo con una sonrisa cuando llegamos a la entrada – estas muy linda
- Ei ¿A mí no me vas a decir nada primito? – Dijo Kristen
- Tu también estás divina – respondió y la abrazó - Pasen, les reserve lugares en la primera fila
Entramos al teatro caminando directo a la primera fila donde había dos sillas con un cartel de “reservado”. Nos sentamos entusiasmadas al escuchar al presentador introduciendo a la banda y luego comenzaron a tocar. Billie era la voz y la guitarra, el chico que aún no conocía el nombre tocaba la batería y Nick tocaba el bajo. Eran muy buenos, realmente lo eran. Disfruté mucho el show. Tuve la sensación de que Billie no me quitaba los ojos de encima. Seguramente estoy viendo lo que quiero pensé. Al salir del teatro, caminamos con Kristen hacia la avenida. Estábamos a mitad de camino cuando Kristen se detuvo.
- ¿Qué pasa? – Pregunté
- Mierda, me olvidé mi cartera. Ya vuelvo, aprovecho y de pasada busco a Billie– respondió y me guiño el ojo - Espérame aquí

Mientras los minutos pasaban, a lo lejos distinguí dos personas que se acercaban. Oh, diablos pensé. Eran Jaron y Jason.
-Oh mira a quien trajo el viento – Jason se acercó hasta donde me encontraba y dejó la botella de cerveza de lado.
-Vamos, no molesten, déjenme en paz de una maldita vez
-¿Qué te molestamos? – Jaron apartó el cigarrillo de la boca

Se acercaron más a mí. Jaron me tomo por el cuello y por las manos.
-Sabes, no encuentro ningún lugar para apagar el cigarrillo, ¿Me prestas tu brazo?
No alcancé a contestar, el cigarrillo ya estaba cerca de mí. Cuando de repente de la oscuridad alguien gritó:
-¡Aléjense malditos bastardos! Déjenla en paz.
-¡Pero mira quien llegó! Pero si es El HÉROE ¡Huyamos Jaron! Nos va a matar – Jason rió irónicamente.
-El héroe y sus amigos – Contestaron Nick y el otro al unísono.
-Jaron, me parece que vamos a patear unos cuantos traseros esta noche
-Sí, seguro. Mira como queda tu trasero mañana idiota. – Billie le acertó un puñetazo a Jason en el medio de la cara. Así comenzó la pelea.
Patadas y piñas a diestra y siniestra. Nick golpeó con tanta fuerza a Jaron que le quebró la nariz y no paraba de sangrar. El otro chico estaba muy herido pero seguía luchando y Billie también. Todavía no puedo calcular cuanto tiempo duro todo esto pero si puedo recordar como terminó: Jason partió una botella de vidrio en la cabeza de Billie que le causo un corte profundo en la cien. Enfurecido, Billie lo tumbó al piso y no dejaba de patearlo y maldecirlo. Supongo que al verlo sangrar de esa manera y al estar tan heridos y asustados, Jaron y Jason se alejaron aterrorizados. Billie yacía desmayado en el piso. No sé por qué razón me recline a su lado, acaricié su cabeza y lo besé dulcemente en sus labios y despertó al instante, pero no recordaba nada. Sólo recordaba la pelea y que se desmayó pero no recordaba nada después de eso. Mike estaba ayudando a John y no pudieron ver nada. La única testigo de todo esto era Kristen, que estuvo siempre a mi lado pero no dijo nada al respecto. Ayudamos a Billie a levantarse. Caminamos hasta la esquina y tomamos un taxi. Al ver que no entrábamos los cinco en uno nos dividimos en dos. Kristen acompañó a Nick y a Drake, del que por fin aprendí el nombre y yo subí en otro con Billie. Lo tomé por debajo de los brazos y lo ayudé a entrar al auto. Cuando el auto estaba en marcha Billie se recostó en mi hombro adormecido.

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